NUESTRA FILOSOFÍA
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CENTRO DE TRATAMIENTO DE LENGUAJE ESCRITO Y ORAL EN VALLADOLID
Nuestra escuela
Mejor centro de aprendizaje
FILOSOFÍA
Es por ello que en el Centro Teleo hemos prestado especial atención a este aspecto y, a lo largo de todos estos años de experiencia, hemos ido construyendo un método propio de trabajo que vamos modificando día a día, pero que se basa siempre en los siguientes pilares fundamentales:
Centro Teleo está codirigido desde hace diecinueve años por Elsa Ríos Cela y Marta Fraile Cuñado, dos maestras especialistas en audición y lenguaje. Ellas están dedicadas a trabajar desde el ámbito educativo problemas relacionados con la comunicación, la lectura, la escritura y el apoyo escolar en sus diferentes niveles.
Trabajamos dichos problemas a través de una visión global del desarrollo, porque en el proceso de desarrollo de una persona no existen “compartimentos estancos”. Por lo tanto, todo lo que experimentamos, aquello que interiorizamos y transformamos en aprendizajes, influye en los demás aspectos del desarrollo, también tiene relación en futuros aprendizajes; por este motivo, no nos limitamos a trabajar y rehabilitar un problema concreto. En nuestro centro de tratamiento de lenguaje escrito y oral valoramos qué áreas de su proceso deben ser reforzadas.
Consideramos el juego como un poderoso instrumento motivacional y de aprendizaje por lo que es nuestra principal herramienta de trabajo. El juego es el recurso educativo por excelencia para la infancia, ya que constituye la actividad fundamental de los niños, mediante la cual pueden convertir la fantasía en realidad.
Además, es importantísimo en la infancia un modo de expresión que permita a los niños desarrollarse física, psíquica y socialmente. El niño necesita jugar no solo para divertirse, ya que el juego es el instrumento que el niño utiliza para aprender y para comprender el mundo.
A través del juego, el niño controla su propio cuerpo y coordina sus movimientos. También organiza su pensamiento, explora el mundo que le rodea, controla sus sentimientos y resuelve sus problemas emocionales. En definitiva, se convierte en un ser social y aprende a ocupar un lugar dentro de su comunidad.
El juego favorece el desarrollo intelectual. El niño aprende a prestar atención a lo que está haciendo, a memorizar, a razonar, etc. Mediante el juego, su pensamiento se desarrolla hasta lograr ser conceptual, lógico y abstracto.
Además, el niño se siente profundamente atraído por el juego, por lo que se convierte en el factor motivacional por excelencia. Todo lo que el niño aprende jugando lo aprende mejor, más rápido y con menos esfuerzo.
Nuestra formación como maestras especialistas en audición y lenguaje, así como nuestra manera de entender y desempeñar nuestro trabajo con los niños, se basa en una metodología educativa. Pretendemos reeducar aquellos aspectos que no están funcionando correctamente y que impiden al niño llevar un desarrollo normal, sobre todo a nivel escolar.
Por eso, nos acercamos a sus dificultades con una sólida formación en los aspectos pedagógicos y psicológicos de la intervención, dando mucha importancia al qué hay que corregir pero también al cómo. De esta forma, nuestro trabajo se sustenta sobre algunos importantes conceptos y teorías psicopedagógicas, como por ejemplo:
* Aprendizaje significativo:
Se basa en la construcción del conocimiento partiendo de los conocimientos previos, relacionando la información nueva con la que ya se posee. En este tipo de aprendizaje es muy importante el papel del docente, quien centrará su atención en cómo se adquieren los aprendizajes.
También persigue que el alumno, a través de un proceso de andamiaje, sea capaz de construir su propio aprendizaje, hasta que pueda llegar a aprender.
* Aprendizaje activo:
Es un aprendizaje basado en el alumno, es decir, es un aprendizaje que solo puede adquirirse a través de la implicación, motivación, atención y trabajo constante del alumno, ya que éste no constituye un agente pasivo del proceso, sino activo.
El papel del docente en este tipo de aprendizaje es muy importante, puesto que es el encargado de guiar a los alumnos en el proceso de búsqueda y de orientarlos para el desarrollo del conocimiento.
También busca facilitar y posibilitar diferentes actividades para que los alumnos se impliquen y trabajen para conseguir ciertos aprendizajes, además de aclarar aquellos conocimientos que suponen grandes dificultades para ellos.
Las actividades no deben suponer grandes esfuerzos para el alumno, puesto que puede llegar a frustrarse al ver que no consigue sus metas. Lo mejor es que vayan encaminadas a que pueda ir alcanzando pequeños objetivos que lo motiven para seguir trabajando en la tarea encomendada (aprendizaje vicario, zona de desarrollo próximo, parábola del andamiaje, aprendizaje significativo, etc.).
* Zona de Desarrollo Próximo (ZDP):
Es un concepto introducido por Vigotsky en su teoría socio-cultural del aprendizaje que hace referencia al papel de la educación en el desarrollo del niño.
La Zona de Desarrollo Próximo es la distancia entre el nivel real de desarrollo, determinada por la capacidad de resolver independientemente un problema (lo que el niño puede hacer solo) y el nivel de desarrollo potencial, determinado a través de la resolución de un problema bajo la guía de un adulto o en colaboración de un compañero más capaz (lo que el niño puede hacer con ayuda).
La ZDP requiere trabajar en un nivel evolutivo no sobre lo ya desarrollado, por lo tanto, no es una mera práctica.
* Andamiaje:
Este concepto es formulado por Bruner a partir del concepto de Zona de Desarrollo Próximo. Mediante la metáfora de un andamio de construcción, Bruner intenta explicar cómo a través de la interacción educativa maestro-alumno el niño puede llegar a realizar tareas que no lograría sin ayuda.
Así como en la construcción de un edificio se utiliza el andamio como apoyo y a la vez sujeción imprescindible de la obra, en educación el maestro apoya al alumno para utilizar una estrategia cognitiva que le permita desarrollar su potencial.
En ese concepto, y siguiendo la metáfora tan importante, es saber el momento de ofrecer las ayudas y cuándo retirarlas para favorecer la autonomía y la seguridad del alumno. Así como no dejamos andamios en los edificios que pueden sujetarse solos, no debemos apoyar al niño en aquellas tareas que ya puede desempeñar por sí mismo.
En el Centro Teleo intentamos plantear siempre nuestros tratamientos de forma global, atendiendo de esta forma todas las necesidades que puedan surgir. Prestamos especial atención a los siguientes aspectos fundamentales:
* Necesidad de apoyo escolar:
Un niño que presenta problemas en la lectura y escritura habitualmente fracasa en la mayor parte de contenidos escolares, suspendiendo algunas o muchas asignaturas. Dentro de este planteamiento global, consideramos que es importante, por supuesto, solucionar las dificultades que ocasionan el problema.
Sin embargo, no podemos descuidar las consecuencias que estas dificultades producen. Obtener buenos resultados en el colegio se convierte en un importante reforzador del tratamiento, ya que el niño se da cuenta de que sus esfuerzos dan un resultado.
Por eso ayudamos también en las tareas escolares a estos niños, porque conocemos y tratamos la causa de sus dificultades. Así podemos ayudarles a no descolgarse mucho del grupo hasta que puedan hacerlo por ellos mismos una vez superado el problema.
* Refuerzo de la seguridad y la autoestima:
Los niños que presentan dificultades de lenguaje, comunicación o aprendizaje muestran además, en muchas ocasiones, una serie de características personales (baja autoestima y auto-concepto, actitudes de bloqueo o abandono ante las tareas escolares, etc.) que consideramos también como objetivos principales de la intervención.
* Rechazo a las tareas escolares:
Muchos de los niños con dificultades de lenguaje, comunicación y aprendizaje se han enfrentado durante más o menos años a la frustrante sensación de hacer un gran esfuerzo y fracasar.
La mayoría en algún momento de su experiencia académica ha hecho un gran esfuerzo por aprobar, por hacer bien los deberes o por aprenderse un tema. Después de hacer ese esfuerzo tiene que enfrentarse, en repetidas ocasiones, a los suspensos o a los comentarios negativos (“no te fijas”, “tienes que esforzarte más”, etc.).
En muchas ocasiones, estos niños que desconocen su dificultad, la forma de solucionarla y las estrategias para enfrentarse a las tareas escolares, optan (casi siempre de forma inconsciente) por tirar la toalla y no intentarlo. Abandonan.
De esta forma empiezan a ser tratados como niños vagos o pasotas, lo que resulta menos perjudicial para su autoconcepto que verse como no capaces. Casi todos los niños que presentan estas características responden sorprendentemente bien al tratamiento.
En el momento en que se dan cuenta de que ellos no eran los responsables sino que tenían un problema sin tratar y no estaban utilizando las herramientas apropiadas para estudiar o hacer los deberes, y que son capaces y pueden obtener buenos resultados, entonces abandonan su rechazo y recuperan la ilusión y las ganas de trabajar.
Sabemos que no hay dos niños iguales, lo que con uno funciona con otro no. Por eso, nuestras programaciones se adaptan a las particularidades que presenta cada niño en cada momento, en objetivos a trabajar, metodología de trabajo, número de sesiones, tratamientos individuales o compartidos, etc.
De esta forma realizamos continuas reevaluaciones de nuestra actuación para analizar qué aspectos están dando buenos resultados y cuáles no, por tanto, es necesario modificar.
La mayor parte de nuestros tratamientos son individuales o en pequeños grupos, lo que nos permite conocer muy bien a cada uno de nuestros alumnos y adaptar las actividades a realizar. No solo nos adecuamos a su forma de ser (no es igual trabajar con un niño muy inquieto que con uno muy reflexivo, por ejemplo) sino a sus circunstancias concretas (hoy está más cansado o nervioso).
Tenemos en cuenta, además, que la mayoría de los niños con los que trabajamos presentan una serie de características que hacen preciso que la intervención que llevemos a cabo con ellos no suponga un plus de esfuerzo y de tareas que no les gustan y que no se les dan bien.
Nuestra larga trayectoria profesional nos ha enseñado que muchos de los niños que acuden a nuestro centro necesitan no solo ayuda, sino también apoyo y comprensión. Así, nuestra manera de intervenir es siempre acompañando, procurando el bienestar del niño. El niño que se siente comprendido y valorado, trabaja más y mejor para superarse.
Se trata de trasladar al niño, con nuestra conducta y actuación, la seguridad (que en muchos casos no tienen) de que pueden hacerlo, y de hecho lo hacen bien aunque a veces vayamos muy poco a poco.
Por eso intentamos ser el elemento de descarga y no de carga, por eso nuestra forma de intervención no incluye mandar a trabajar mucho a los niños en casa. Creemos que estos niños, sobre todo los que presentan dificultades lecto-escritoras y de aprendizaje, ya se encuentran con mucho más trabajo que los demás ya que sus dificultades hacen que sus tareas les requieran más tiempo y esfuerzo. Una parte fundamental del buen desarrollo del tratamiento se basa en el trabajo que tengan que hacer en casa con sus familias. Basamos el tratamiento en nuestro trabajo con el niño.
Desde nuestra perspectiva, la relación que un niño con problemas establece con la persona responsable de ayudarle a superarlo, es tan o más importante que la propia intervención directa sobre el problema.
Por eso, dedicamos muchas horas de formación, de trabajo y de esfuerzo a este aspecto. Porque, como ya hemos remarcado anteriormente, concebimos la intervención con los niños de forma global. Un niño de 4 años que no pronuncia la /rr/ no tiene “solo” ese problema, tiene todos los que ese le desencadena.
Problemas como: ¿por qué a mí no me sale?, ¿por qué a los demás sí?, ¿por qué a pesar de esforzarme sigue sin salirme?, ¿es que soy tonto?, ¿por qué se ríen de mí?, ¿por qué me imitan?, y un largo etcétera que, a veces los niños exteriorizan, pero la mayor parte de las veces no.
Muchas veces es necesario intervenir en todos estos aspectos e inseguridades para poder llegar después al problema en cuestión y conseguir que se resuelva con éxito.
Creemos que la familia de un niño que presenta dificultades en el lenguaje y/o escolares representa un papel muy importante dentro del tratamiento. En primer lugar, porque dicha situación genera un alto nivel de angustia que altera la dinámica familiar sin beneficiar a ninguno de sus miembros.
Muchas veces el desconocimiento de la dificultad del niño confunde a los padres y les lleva a pensar que “no lo hace porque no quiere, porque no se fija” lo que genera actuaciones negativas que empeoran la ejecución de los niños. Conocer qué le pasa al niño y por qué actúa de determinada forma hace que le comprendamos mejor, que nos sintamos más tranquilos y que sepamos qué conductas pueden ayudarle.
Por eso, ofrecemos asesoramiento a las familias para que puedan plantear sus dudas, temores e inseguridades ante un profesional cualificado que atiende sus necesidades a lo largo de todo el proceso.
En muchas ocasiones los niños que llegan a nuestro centro están recibiendo ya tratamiento en el colegio, pero necesitan un refuerzo extra, fuera del horario escolar. Por eso creemos que la colaboración con los distintos especialistas es imprescindible y nos ponemos siempre a su entera disposición.
ACOMPAÑAMIENTO
Ofrecer la opción de realizar tratamientos a las necesidades de los alumnos fuera de su horario escolar, y poder hacerlo desarrollando nuestro propio método de trabajo fueron motivos más que suficientes para comenzar a dar forma a lo que ha sido nuestra labor profesional e implicación personal desde el año 1997.
